"Kenryo Hara & BOK- KOKU"
Del 31 de mayo al 14 de julio de 2019
Inauguración: Viernes 31 de mayo a las 20:00h.
"Kenryo Hara & BOK- KOKU"
Del 31 de mayo al 14 de julio de 2019
Inauguración: Viernes 31 de mayo a las 20:00h.
Kenryo Hara & BOK-KOKU
墨 刻
La insularidad de Japón, su distancia de Occidente y la mirada eurocéntrica que durante siglos predominó en el arte occidental, fueron las causas del conocimiento
tardío de las milenarias tradiciones japonesas. También en parte porque Japón, desde
tiempos remotos,
limitó
el contacto estricto con quienes consideraba extranjeros y “bárbaros”. No fue hasta en 1853 cuando se rompió ese aislamiento y, desde entonces, el arte japonés ha copado el interés de numerosos especialistas y artistas que se
rindieron ante la exquisita síntesis entre técnica y sensibilidad que mostraban sus
producciones. Esta combinación es la que se hace evidente
en la muestra que Kenryo Hara presenta de
en la
Galería O+O (Oriente & Occidente) “ 西班牙“O+O 画廊”(“东 西方画廊”).
Residente en Tokyo y de reconocida trayectoria
internacional,
el
artista
centra su atención en las inscripciones ancestrales procedentes de
China durante las dinastías Shang-Zhou. Para esta ocasión reúne composiciones de varios artistas de su escuela que utilizan tinta sobre papel y rasgos lexicográficos que pueden confundirse con caligrafía
pero que no lo son. Es más, el triunfo del empleo de los ideogramas
japoneses reside en usar caracteres para representar ideas sin
valor fonético. De hecho consiste en la capacidad de dibujar conceptos
para ver, una y otra vez, lo que no ha
sido ni escrito ni pronunciado. Atendiendo a los componentes
del procedimiento creativo, hay que saber que BOK = 墨 significa tinta china y KOKU = 刻 significa tallar. Se trata de una técnica que
remite a las líneas que se encontraron talladas sobre conchas de tortugas, huesos de animales,
cerámicas y recipientes
de bronce usados en
rituales como símbolos
de autoridad. De este
modo
los alumnos de Kenryo Hara expresan un renovado interés en los antiguos caracteres chinos que conforman una escritura ideográfica a base de kanjis o ideogramas donde
lo primordial son las ideas más que los sonidos o los
vocablos. En consecuencia, en los trabajos que componen la exposición no se da una
escisión entre pintura y escritura y las combinaciones de tinta, casi siempre
monocromática, contienen trazos alusivos, realizados con pinceladas
que han sido ejecutadas
con gran rapidez y
seguridad.
De ahí la influencia que el arte japonés tuvo en Occidente en el
siglo
XX, en los movimientos pictóricos conocidos como expresionismo abstracto y action painting que se decantaron más por el gesto que por el signo. Las piezas
BOK-KOKU
son un modo de traducción directa de un estado de ánimo, donde lo trazado entra en el ámbito de un
proceso de evolución
personal que conecta el arte con lo primitivo y lo sagrado. Lo pintado dibuja una danza psíquica que recrea una representación donde lo importante no es que pueda enunciarse en frases o palabras sino plasmarse en
imágenes que activan
ideas. Se trata de un arte que no se dirige, en términos de lenguaje, a averiguar de qué
hablamos cuando lo contemplamos. Más bien repara en aquello que
sentimos en nuestro interior a
fin de crear un nuevo tipo de
inteligibilidad que no desdeña lo
espiritual.
La secuencia rítmica de las
creaciones, de este maestro de sinogramas según la tradición
japonesa Kodai moji, se escenificará
en la performance que los alumnos que le acompañan realizarán el mismo día de la inauguración en las instalaciones de la Galería
O+O. Una ocasión única
para contemplar el dinamismo
creativo que ensambla la unidad plástica que representa la escuela de
Kenryo Hara .
Amparo Zacarés – Universitat Jaume I – UJI
Associació Valenciana de Crítics d´Art – AVCA
Kenryo Hara & BOK-KOKU
墨 刻
La insularidad de Japón, su distancia de Occidente y la mirada eurocéntrica que durante siglos predominó en el arte occidental, fueron las causas del conocimiento
tardío de las milenarias tradiciones japonesas. También en parte porque Japón, desde
tiempos remotos,
limitó
el contacto estricto con quienes consideraba extranjeros y “bárbaros”. No fue hasta en 1853 cuando se rompió ese aislamiento y, desde entonces, el arte japonés ha copado el interés de numerosos especialistas y artistas que se
rindieron ante la exquisita síntesis entre técnica y sensibilidad que mostraban sus
producciones. Esta combinación es la que se hace evidente
en la muestra que Kenryo Hara presenta de
en la
Galería O+O (Oriente & Occidente) “ 西班牙“O+O 画廊”(“东 西方画廊”).
Residente en Tokyo y de reconocida trayectoria
internacional,
el
artista
centra su atención en las inscripciones ancestrales procedentes de
China durante las dinastías Shang-Zhou. Para esta ocasión reúne composiciones de varios artistas de su escuela que utilizan tinta sobre papel y rasgos lexicográficos que pueden confundirse con caligrafía
pero que no lo son. Es más, el triunfo del empleo de los ideogramas
japoneses reside en usar caracteres para representar ideas sin
valor fonético. De hecho consiste en la capacidad de dibujar conceptos
para ver, una y otra vez, lo que no ha
sido ni escrito ni pronunciado. Atendiendo a los componentes
del procedimiento creativo, hay que saber que BOK = 墨 significa tinta china y KOKU = 刻 significa tallar. Se trata de una técnica que
remite a las líneas que se encontraron talladas sobre conchas de tortugas, huesos de animales,
cerámicas y recipientes
de bronce usados en
rituales como símbolos
de autoridad. De este
modo
los alumnos de Kenryo Hara expresan un renovado interés en los antiguos caracteres chinos que conforman una escritura ideográfica a base de kanjis o ideogramas donde
lo primordial son las ideas más que los sonidos o los
vocablos. En consecuencia, en los trabajos que componen la exposición no se da una
escisión entre pintura y escritura y las combinaciones de tinta, casi siempre
monocromática, contienen trazos alusivos, realizados con pinceladas
que han sido ejecutadas
con gran rapidez y
seguridad.
De ahí la influencia que el arte japonés tuvo en Occidente en el
siglo
XX, en los movimientos pictóricos conocidos como expresionismo abstracto y action painting que se decantaron más por el gesto que por el signo. Las piezas
BOK-KOKU
son un modo de traducción directa de un estado de ánimo, donde lo trazado entra en el ámbito de un
proceso de evolución
personal que conecta el arte con lo primitivo y lo sagrado. Lo pintado dibuja una danza psíquica que recrea una representación donde lo importante no es que pueda enunciarse en frases o palabras sino plasmarse en
imágenes que activan
ideas. Se trata de un arte que no se dirige, en términos de lenguaje, a averiguar de qué
hablamos cuando lo contemplamos. Más bien repara en aquello que
sentimos en nuestro interior a
fin de crear un nuevo tipo de
inteligibilidad que no desdeña lo
espiritual.
La secuencia rítmica de las
creaciones, de este maestro de sinogramas según la tradición
japonesa Kodai moji, se escenificará
en la performance que los alumnos que le acompañan realizarán el mismo día de la inauguración en las instalaciones de la Galería
O+O. Una ocasión única
para contemplar el dinamismo
creativo que ensambla la unidad plástica que representa la escuela de
Kenryo Hara .
Amparo Zacarés – Universitat Jaume I – UJI
Associació Valenciana de Crítics d´Art – AVCA